domingo, 25 de enero de 2009

El autobus "blasfemo"

Al parecer en Londres a la iglesia evangélica le da por contratar espacios publicitarios en los autobuses. Te ponen frases de la Biblia y te invitan a visitar una pagina web. a una tal Ariane Sherine (columnista de The Guardian) le dio por visitar esa web (alguien mas también la visitaría digo yo) y lo que allí leyó le sorprendió bastante. Lo que sucedía es que esa web (quien la escribía, no la web en si, que no es una web con poderes como los mails esos que tienes que enviar a mucha gente) condenaba al infierno a todo el que no creyera en Dios. Como para que no te sorprenda. En vista de que lo que había leído le parecía intolerable y de que la chica tiene un blog (hoy en día todo el mundo tiene uno...) pues en su entrada del día sugirió que tal vez habría que contratar anuncios con un mensaje algo mas positivo(que peor tampoco te lo pueden poner vaya...):“Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida” . En principio debió de ser medio de broma pero el caso es que la gente se animo y juntaron dinero para poner los carteles.

Y mira si tuvo éxito que la idea llego a España, y en Barcelona empezaron a circular autobuses con el mismo mensaje que los del Reino Unido (pero en castellano, que ya se sabe que en temas de idiomas no...) y bueno...pues paso un poco lo esperado. A la gente nos gustan los carteles y los autobuses siempre que no nos lleven la contraria. Y este llevaba la contraria a mucha gente. El caso es que las reacciones por parte de la Iglesia Católica no se han hecho esperar demasiado. Bastante lógico y proporcionado fue el comunicado del arzobispado de Barcelona en el que restaba importancia a la publicidad y decía que "Para los creyentes en Dios, la fe en la existencia de Dios no es motivo de preocupación, ni es tampoco un obstáculo para gozar honestamente de la vida". También bastante lógica la actuación de un iglesia evangélica de Madrid que ha decidido poner sus propios carteles:“Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”. Dicen que como todo el mundo tiene derecho a expresarse también ellos lo tienen. Y todos tan contentos. Sin embargo el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, el señor Rouco Varela, no opina lo mismo. En declaraciones hechas hoy en las que a tachado de “abuso” la utilización de espacios públicos para hablar mal de los creyentes y dice que condiciona injustamente el ejercicio de la actividad religiosa. También dice que “la fe no es fuente de preocupación insana, sino de consuelo y de libertad”. Vivir para ver. Para terminar ha hecho un llamamiento a los ayuntamientos de las ciudades para que impidan que este “movimiento” (o lo que sea...) se instale en sus respectivas ciudades, ya que va contra la libertad religiosa y tal...y que la libertad de expresión debe ser “tutelada”.

Analizando esto un poco desde la distancia, y dejando de la lado lo irónico de que una persona con el historial y el cargo del señor Rouco Varela haga estas declaraciones pienso que tendríamos que ver las cosas como son. A una organización religiosa se le ocurrió hacer propaganda de sus ideas, y a unas personas que pensaban otra cosa se les ocurrió hacer propaganda de las suyas. Y a alguien en España le gusto la propaganda y quiso hacer lo mismo. ¿Y cual es el problema? Pues ninguno. Hay gente que ya que estamos con el tema se pone a discutir que si Dios para aquí, Dios para allá y blablabla...Pero esto básicamente es un problema de decir lo que cada uno piensa. Cada uno dice lo que le parece y eso no tiene que ofender a nadie. Es la magia de vivir en un estado democrático en el que existe libertad de expresión (casi siempre). Otra cosa es que no te guste la libertad de expresión. O que solo te guste cuando se usa para decir lo que quieres que se diga.

1 comentario:

mareaxe dijo...

Lo que pasa es que Rouco defiende el pesebre del que se alimentan y bien por cierto y aquí si cabría decir eso de; se cree el ladrón que son todos de su condición, además este señor pretende que el estado español incurra en una especie de involución al pedir tutelar la libertad de expresión. Patético pero ciertamente clarificador,el mismo tira piedras a su propio tejado.